El PAR y el PP están a la greña en Aragón por cuatro perras,
aunque detrás se esconde el respeto y la convivencia, asuntos estos mucho más
complejos que los Presupuestos 2014.
El PAR es un espabilado de aúpa que se había acostumbrado a
tener un poder importante gobernara el PSOE o el PP. La culpa SIEMPRE ha sido
de los grandes, que han tenido que soportar con mucho gusto a un PAR incómodo
que cambiaba de bando según fuera necesario para poder seguir teniendo poder en
Aragón, que no en Zaragoza.
Tragó el PSOE y el PP pero de mala gana, lo que conlleva que
no exista respeto ni colaboración suficiente. Funciona pero no sirve.
Los partidos pequeños, hasta ahora PAR, CHA o IU, siempre
tienen que ser la bisagra necesaria como mucho —veremos qué sucede a partir de
2014—, pero al menos se les pide que sean consecuentes con sus posicionamientos ideológicos
pues solo así resultan creíbles.
El PSOE primero y el PP después, no han sido partidos que se
puedan calificar de capaces de aguantar con facilidad a los compañeros de
viaje. Siempre se han aprovechado de su ayuda —se notara o no se notara, hubiera
que esperar a la venganza o practicándola desde el primer día— y siempre se han
vengado con el ostracismo y la mala cooperación necesaria.
El PP va por el mismo camino.
Es decir, entre los dos grandes que admiten de mala gana las
ayudas para gobernar y el PAR que solo aspira a ser siempre Vicepresidente, en
Aragón estamos perdiendo el rumbo y las lógicas para estar donde deberíamos
posicionarnos y no ir cayendo al gris marengo de la sosería política, cultural
y social.