El atentado en El Pilar, cosa de imbéciles que además parece
que dejaron algunas pintadas por calles de Zaragoza con anterioridad a modo de
firma, es para tomárselo con la responsabilidad suficiente por parte de todos.
Sin alarmismos, con dedicación hasta encontrar toda la información
posible, preparándonos para un crecimiento de este tipo de acciones en los
próximos años, pues por desgracia se está alimentando un caldo de cultivo
complejo de gobernar.
Se sabe con casi total seguridad el tipo de grupos que han
realizado este sabotaje y esto preocupa, pues ha aumentado por una lateral social
y por el otro el tipo de demostraciones de fuerza, como avisando de que
existir, existen. Y eso es muy malo pues es complicado lograr meterlos otra vez en sus calmas.
No hay nunca justificación ante las violencias, pero si
debemos entender lo que sucede en cada momento cerca de nuestra sociedad, para
resolverlo y evitarlo. También esto es tarea de los políticos.