Es Zaragoza, sí, son dos indigentes y un perro en el centro de Zaragoza, donde la persona más edad lleva varios meses viviendo en la misma zona, a todas las horas del día, en condiciones inhumanas.
Es el Coso zaragozano, la zona céntrica donde gira el Coso para convertirse en Coso Bajo.
La libertad individual de las personas es intocable, pero los servicios sociales deberían intentar resolver estos problemas con más ayudas y no siempre dependiendo del voluntariado. Toda persona tiene derecho a una dignidad básica, a un espacio que haga de hogar. Y esta esquina no reúne las mínimas condiciones para permitir que una persona viva aquí durante meses.