El terremoto más fuerte de los últimos 80 años se ha cebado con Nepal, país junto a la cordillera del Himalaya y que ha dejado miles de víctimas, y muchas otras sin hogar ni enseres. Ante tanto dolor, esas pobres gentes, necesitan ayuda imperiosa, agua, medicamentos y alimentos para, en un primer momento, amortiguar en lo posible tanta desgracia.
Ayuda urgente que ha de llegar de todos pero principalmente de los estados ricos. Países causantes de catástrofes, no precisamente naturales, sino producidas por el ser humano. Destrucción de bosques, contaminación de ríos, mares y atmósfera, pueblos y ciudades arruinadas en guerras por ambición, religión o poder. Efectos que pueden ser controlables pero que matan y destrozan más que la inestabilidad del hipocentro de la tierra.
Es noticia mundial, los medios de comunicación de todo el mundo llenan sus espacios. Pero la "actualidad" olvida pronto estas noticias. Hace cinco años, 220.000 personas murieron en el devastador seísmo que sacudió a Haití, el más pobre país del mundo. Los países en aquellos momentos respondieron bien a la emergencia humanitaria, pero Puerto Príncipe sigue hoy luchando por salir de los escombros en medio de brotes de cólera. Sin ir más lejos a otra escala, se puede decir lo mismo con los afectados de Lorca en España. Que no pase lo mismo con Nepal. En este universo infinito,nuestro planeta de una inefable belleza y fragilidad, cuidarlo y protegerlo debería de estar en el ADN de todos
Daniel Gallardo