Un día como hoy procede reivindicar la República Federal, como forma de organización del Estado, como proyecto de futuro. Sus valores: la Libertad, la Igualdad, la Fraternidad y la Laicidad. La capacidad de un pueblo de elegir su Jefatura del Estado, la ausencia de privilegios derivados de la cuna, de familias reales y de nobles. La capacidad de los Estados, en el caso español uno de ellos -evidentemente- Aragón, de tener un proyecto común en pie de igualdad con el resto de Estados que componen una República Federal, respetuosa con la diversidad y pluralidad de naciones que la conforman.
Un
día como hoy procede recordar la II República, los cinco años más
brillantes de la Historia Contemporánea del Estado. Las más de 1.000
escuelas públicas puestas en marcha en un Estado con altísimas tasas de
analfabetismo, la ampliación de la cobertura sanitaria, la instauración
de derechos civiles, la dignificación de la mujer y el reconocimiento de
sus derechos, la convivencia de la diversidad cultural y plurinacional
del Estado, el inicio de las reformas agrarias y el avance en la
industrialización, la Edad de Plata de la Literatura, la vanguardia en
el cine, en pintura, en escultura, y tantas y tantas cosas.
Un
día como hoy procede tener memoria, recordar a los que dieron su vida
por esos valores republicanos y a los que se exiliaron. El domingo
pasado una niña republicana escuchó la canción de la Ronda de Boltaña de
las dos tricolores, la española y la francesa, y recordó a toda la
familia de su abuela paterna exiliada en Francia y vió las placas que
recuerdan a familiares de su madre y a su bisabuelo paterno, fusilado
con 35 años, señaló una placa contigua en la que aparecía un joven de 14
años. Rompió su silencio respetuoso y le exclamó a su padre: “mira,
este tenía mi edad y lo mataron los fascistas”.
Jorge Marqueta Escuer.