El bello, original y casi espléndido edificio tiene una superficie útil de 8.000 metros cuadrados y una superficie expositiva de 2.315. Las ideas para ser utilizado tras la Expo 2008 fueron numerosas pero ninguna encajaba bien con los propósitos, pues en todas ellas había que realizar una inversión que se consideraba excesiva para los fines que se pretendían.
El Pabellón de España para la Expo 2008 fue diseñado con estrictos criterios de ahorro energético tanto por la selección de materiales como por el uso de energías renovables siendo capaz de desarrollar un microclima propio.
Esto se debe a los pilares del exterior, forrados de barro cocido. El emblemático edificio reproduce un bosque de chopos típicos de las riberas del río Ebro mediante los 750 pilares de barro cocido, además de 25.000 piezas de barro.
Curiosamente el pabellón España de la Expo 2008 contó con la primera exposición del mundo sobre el cambio climático titulada: “Comprender el clima para preservar el planeta”. Además de esta exposición, el pabellón en sí mismo fue una muestra sobre el desarrollo y el respeto al medio ambiente.
Curiosamente el pabellón España de la Expo 2008 contó con la primera exposición del mundo sobre el cambio climático titulada: “Comprender el clima para preservar el planeta”. Además de esta exposición, el pabellón en sí mismo fue una muestra sobre el desarrollo y el respeto al medio ambiente.
Y 15 años después el Pabellón sigue cerrado, sin ideas concretas para su puesta en funcionamiento, incluso admitiendo todos que el motivo que lo llevó a crearse, esté ahora mucho más de actualidad, sea hoy mucho más necesario que nunca.