La celebración este año del día mundial de la Libertad de Prensa (mi pésame por la muerte del periodista Jesús Hermida, en ese mismo día), ha puesto de manifiesto que en España, esta libertad está amenazada por la Ley Mordaza del Gobierno Popular que, entre otras cosas, limita al periodista a cumplir con su labor.
Amenaza para la libertad de expresión en un Estado de derecho y protegido, según reza la Constitución. La frase metafórica de matar al mensajero surge como respuesta política cuando las informaciones contradicen los intereses de alguien, en este caso del gobierno.
Dicho esto, esa protección que el periodista necesita para opinar o transmitir información veraz, también su imparcialidad e independencia ha de quedar lejos de cualquier duda. El poder de los medios es grande y, como empresas que son, tienen también su color político declarado y eso se nota en las informaciones.
El lector o lectora tiene que tener mucha información añadida para darse cuenta de la tendenciosidad de algunos medios en algunas noticias. Estamos en tiempo de elecciones y la influencia de los medios es importante. Sus encuestas y manipulación de titulares sacados fuera de contexto o su falseamiento de datos según interese, acerca o aleja al votante a la hora de decidir su voto. Ejemplos haylos, periodismo parcial que actúan como portavoces del gobierno o lo contrario.
Mi pequeño homenaje va a esa inmensa mayoría de profesionales de la comunicación, ejemplos de madurez, a veces con riesgo de su propia vida en cualquiera de sus formas, escrita, radio, televisiva, fotografía o medios digitales, información a la ciudadanía. Ventana para una sociedad necesitada de saber y conocer cuanto acontece en el mundo.
Una última reflexión: quizás esa ventana en referencia a los medios estatales, para algunas comunidades se abra sin problemas y cuando se trata de la mía, menos.
Daniel Gallardo