30.4.14

Presuntamente alguien desde Zaragoza se está equivocando de ser un presunto

Lo de tener facturas en los cajones era un mantra repetido hasta cansar entre los organismos políticos de esta crisis eterna. Facturas que no se quieren contabilizar en su momento para no hacer saltar las alarmas o para que las cuentas cuadren con las obligaciones duras de quien las controle.

Una trampa, si, pero una trampa asumible por el porcentaje sobre la facturación anual, pues el engaño había que regularizarlo enseguida. Sea un Ayuntamiento, una Diputación o un Ministerio.

Pero cuando saltan las alarmas es cuando hablamos de muchos millones que se han gastado, presuntamente, sin consignación presupuestaria, o que se han pagado y hay facturas, pero estas no se han contabilizado. ¿De donde se ha sacado el dinero para pagar? ¿O el Tribunal de Cuentas son cuatro aprendices de brujos que no saben leer contabilidades?

Los presuntos desbarajustes y líos en la DGA y el Ayuntamiento de Zaragoza preocupan y mucho, pues de ser ciertos nos obligarán a todavía más recortes que no somos capaces de imaginar. Luego vendrá el saber en qué, por qué, a costa de qué, con razón a qué, de qué manera y por qué. Atémonos más los cinturones de castidad.

Se habla incluso de un número de cuentas corrientes (23 según se publica hoy y en nueve bancos distintos), que a cualquier le puede parecer anormal para llevar los ingresos y los gastos municipales, algunas de ellas, presuntamente, fuera del control de tesorería. ¿Nadie detectó esto, sean técnicos, sean políticos de la oposición, de toda la oposición? Cuando hablamos de discrepancias a la hora de explicar 350 millones que representan el 50% del presupuesto anual, sería tanto como que un miembro de una familia media encontrara discrepancias en la cuenta familiar entre gastos e ingresos en un año, de 8.000 euros. ¿Se pondría colorado quien no supiera justificarlo en el acto? ¿tendría que esperar la esposa o el marido que pregunta, un mes (y han pedido más tiempo) para que le respondieran sobre donde se los ha gastado sin decirlo, sin apuntarlo?

Decía Bogart que siempre nos quedará París. Pero el tren no parará en Zaragoza para que no nos vayamos todos.