La Semana Santa zaragozana tiene categoría turística y
religiosa internacional, está creciendo entre su sociedad y sabe mostrarse poco
a poco al turismo que viene de fuera en busca de expresiones religiosas o
artísticas. Pero que Zaragoza amplíe su potencial turístico en una Semana Santa
de gran calidad humana depende de muchos factores. La incorporación de
expresiones como las jotas cantadas de gran calidad por cierto y con textos
alusivos a la Pasión de Jesús es un gran acierto, como lo es la ampliación de algunos
grupos de música orquestal dentro de las procesiones o la cada vez mayor
calidad de piquetes de cornetas.
Este año a la gastronomía típica de las torrijas se le ha
añadido levemente y como ejemplo de que todos quieren participar en este
crecimiento turístico, la empresa de repostería Loops & Coffe con unos
pastelitos cuando menos muy curiosos que imitan a un tambor y a un cofrade
zaragozano. Estos ejemplos de ampliación de los detalles, seguramente no muy
bien visto por los cofrades más antiguos, son la expresión lógica de una fiesta
declarada de Interés Turístico Internacional que puede servir para que Zaragoza
sea la Sevilla del norte de España en cuanto a Semana Santa se refiere.