Los tejados no siempre los vemos, o mejor dicho, casi nunca los observamos y disfrutamos, pues aunque casi siempre feos, tenemos algunos ejemplos dignos de admirar o al menos de observa con tiempo.
Este ejemplo de tejado es de la Basílica del Pilar, como es conocido entre los zaragozanos, pero limpio y perfecto de color. Un tejado para admirar si no fuera por que dura muy poco esta limpieza y color.