Hoy Heraldo de Aragón vuelve a comentar asuntos de la Av. Cataluña que resultan increíbles y tristes por su persistencia y nula capacidad de resolución del Gobierno de Aragón y del Ayuntamiento de Zaragoza. No hay derecho urbanístico que la Av. Cataluña y todo su entorno desde la Plaza Mozart hasta Santa Isabel se encuentre en una condiciones tan penosas. No cabe dar detalles, pues no entran por su tamaño en una hoja ni en dos, es simplemente un debate que parece perdido tras décadas de abandono de una vía céntrica en Zaragoza, sobre todo si la comparamos con otras zonas de nueva creación o con barrios surgidos con los años, más alejados del centro de Zaragoza que la citada Avenida Cataluña.
Hay decisiones increíbles en el Urbanismo zaragozano y los huecos creados en esta vía, la discontinuidad de los edificios habitados, la mezcla de empresa, polígonos, solares, ruinas, campos, edificios grandes habitados, basuras, hacen imposible centrarse en un problema o en cien. Nos debería dar vergüenza soportar una vía así, que sigue siendo del Gobierno de Aragón por mucho que trascurra por el centro de Zaragoza y que nadie quiere poseer ni cuidar. Es de justicia dar una solución ya, reordenar todo este entorno urbano, dar soluciones rápidas a los vecinos que ya llevan decenas de años sufriendo promesas incumplidas una tras otra.
Os dejo el texto de la noticia de Heraldo.es
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La calle del Castillo de Peracense comienza en la avenida de Cataluña y finaliza en la calle de Ana Abarca de Bolea Así, al menos, lo indica el callejero del Ayuntamiento de Zaragoza. Una circunstancia que se puede refrendar mediante el uso de un sistema de navegación por satélite, que no duda en dirigir al conductor hacia el mismo segmento de la ciudad e, incluso, anima al conductor a introducirse con su vehículo por él
Sin embargo, la realidad de esta vía es bien distinta ya que, en la práctica, resulta imposible transitar por ella. De hecho, cuesta diferenciar a simple vista dónde está la travesía, ya que gran parte de la misma se encuentra sepultada por escombros que no dejan observar su trazado.
Sobre el mapa, el vial, situado delante de Opel Iglesias, debería rodear a un solar que en estos momentos se encuentra sin uso. Sin embargo, se puede afirmar que resulta imposible diferenciar uno y otro ya que no existe ningún tipo de separación entre ambos, conformando a efectos prácticos un mismo descampado.
Una situación que contradice al artículo 26 de la ordenanza municipal de limpieza pública, recogida y tratamiento de residuos sólidos en el que se indica que los solares sin edificar deben estar rodeados por una valla de 2,5 metros de altura. Una separación metálica que si se da respecto a la avenida de Cataluña pero inexistente con Castillo de Peracense, a la cual parece haber anexionado.
Aunque, posiblemente, aquí se encuentre la raíz del problema. A efectos legales, el espacio de la avenida de Cataluña comprendido desde la conexión con el tercer cinturón hasta el barrio de Santa Isabel pertenece al Ministerio de Fomento debido a su anterior condición de carretera nacional. Una herencia que complica el puzzle y ralentiza, o incluso paraliza, la gestión de sus equipamientos, algunos tan básicos y elementales como la propia existencia de la travesía.
La rehabilitación y apertura de este tramo, ahora inexistente, es una de las reivindicaciones de los vecinos del barrio, hartos de ver como la nada más absoluta va comiendo terreno a una zona situada a escasos minutos del centro de Zaragoza.