Zaragoza es ciudad de mal tiempo, difícil de vivir si vienes de zonas templadas, de veranos duros y muy cálidos e inviernos llenos de nieblas o de aires cortantes que te hacen creer que el frío se apodera de las calles.
Pero Zaragoza tiene el encanto de ser una ciudad con muchas caras, con grandes diferencias entre estaciones e incluso entre horas del mismo día. Nunca sabes cómo se comportará la próxima semana, cómo será el próximo día.
Tal vez esto nos marque, nos penetre e inunde de sensaciones duras, de cambiantes caracteres según el día. Tal vez. Pero mientras tanto seguiremos disfrutando de las nieblas cuando haya nieblas y de los calores cuando el desierto nos inunde. No podemos cambiar, luego hay que aceptarlo con gozo.