Zaragoza también es Camino de Santiago. Y para demostrarlo tenemos nuestros particulares animadores culturales que enseñan la ciudad a quien se precie de querer conocerla. Son los estandartes de nuestra escasa labor cultural, de la poca actividad cultural y lúdica que dedicamos tanto a nuestros visitantes como a nuestros comañeros de ciudad. No debemos engañarnos, Zaragoza no es una ciudad que cuide en los últimos años sus actividades culturales de calle, por mucho que tiene fondo y forma para presentar maravillas. Si, sé que se salvan algunas exposiciones y algunos auntos muy puntuales. Pero tendríamos que cuidar más el trabajo constante, el día a día, la calle, al visitante.