Una imagen de la actual Plaza de España, de las primeras décadas del anterior siglo, con edificios que ya no existen, tranvías viejos y coches con sabor a blanco y negro. Incluso la fachada de la Diputación Provincial estaba sin la última reforma.
Bueno, hoy la Plaza España está muy elegante y es como entonces el centro de una ciudad poco conocida pero agradable, amable y hospitalaria con sus visitas.
Eso si, se observa una tranquilidad hoy más complicada de respirar, pero no todo pueden ser ventajas si la ciudad crece y menos si lo hace sin control.