En Zaragoza aumenta el número de personas que por culpa de la pobreza extrema se encuentran viviendo en la calle. Mendigos, transeúntes, vagabundos, indigentes, personas sin techo a donde acudir. Distintos términos para denominar la misma situación: la pobreza. La actual crisis económica está provocando que cada vez más personas se queden sin hogar como consecuencia de la pérdida de trabajo y de los desahucios por falta de ingresos. La mendicidad no deja de aumentar y solo en Zaragoza viven en la calle alrededor de 150 personas, según datos de Cáritas.
Son personas sin hogar, aquellas que viven, literalmente, en las calles. Eligen las zonas más céntricas de la ciudad, ya que son las que presentan una mayor afluencia y, por lo tanto, más opciones de ganar algo. Duermen en cajeros automáticos, soportales, marquesinas... o utilizan recursos de urgencia para pernoctar y comer. En el albergue municipal se puede permanecer hasta 12 días, pero agotado este periodo hasta dentro de tres meses no podrán volver. Así que cada día buscan unos cartones que hacen las veces de colchón y tendrán que ir a comer al Refugio o lugares similares.
Aunque los colectivos que trabajan con los transeúntes cifran en 150 el número de personas sin techo, la coordinadora de centros y servicios para la atención a personas sin hogar se ha propuesto actualizar los datos en Aragón. Harán un nuevo censo y tratarán de conocer mejor el perfil de este tipo de personas para intentar mejorar la atención que les prestan.
Actualmente, las organizaciones solidarias se guían por los datos de personas sin hogar de Madrid y Barcelona, recogidos en 2008. Estos datos afirman que la mayoría de personas sin hogar son hombres (más del 89%), de menos de 30 años (el 40%), con estudios básicos (41%), con más de tres años sin alojamiento propio (37,5%); que han trabajado, sobre todo en construcción y hostelería; la mitad españoles; con más de un año en la calle (62%) y enfermos (un 46%).
La coordinadora de centros y servicios para la atención a personas sin hogar trata de conjugar la labor de las entidades que trabajan con estas personas para obtener resultados más efectivos y así llegar a más gente. Por su parte, la Policía Local se ampara en la Ordenanza Reguladora de Actividades Comerciales e Industriales en Terrenos Públicos para medir sus actuaciones. “Básicamente, les informamos de los servicios sociales a los que pueden acudir”, explicaron fuentes de la Policía Local. Además, si por consumo de alcohol o drogas se encuentran en una situación de peligro para su salud llaman a una ambulancia. Y, sobre todo, hacen informes de los niños que mendigan por las calles, ya que esto sí que está totalmente prohibido. “No pueden utilizar a sus hijos para dar pena porque de alguna forma, los están utilizando para lucrarse”, informó la Policía.