3.2.12

Hay que parar los desahucios pues no son solución para nadie

Se desahucian familias en Zaragoza, se les expulsa de sus hogares, pero no tenemos cifras claras de cuantas familias pierden sus hogares de primera vivienda. Nos tenemos que ir basando en algunos apuntes, como el número de ejecuciones hipotecarias en Zaragoza ciudad y los 67 municipios de su entorno que dependen de los juzgados de Zaragoza capital.

En 2011 se realizaron 1.284 tramitaciones. En 2010 se realizaron 1.284 tramitaciones judiciales hipotecarias. Y en 2009 hubo 1.557 actuaciones. Más de 4000 en los 3 años de crisis. No todas son primera vivienda —el hogar de referencia de las familias—, pero son cifras tremendas. Aproximadamente son unas 5 desalojos al día para una población de unas 800.000 personas.

Los bancos se quedan en propiedad unos activos que no valen lo que marcan en sus contabilidades, tienen que soportar las cargas que lleva la vivienda, se destrozan estos pisos por el no uso, algunos incluso son ocupados por personas sin recursos lo que lleva a otras actuaciones judiciales lentas, mientras que las familias desahuciadas se quedan sin vivienda y con parte de la deuda todavía pendiente, lo que les lleva al horror del hundimiento personal. 

Nadie sale ganando. ¿De verdad no hay otra posibilidad? Si, pero no se toma.

Si tras cada desahucio un tasador público desde el Banco de España valorara la vivienda con arreglo al precio de mercado real y se obligara a los bancos y cajas de ahorros a que se colocara en su contabilidad solo el 50% ó 75% de su valor, previendo los costes de venta en subasta; a los bancos no les interesaría bajo ningún concepto quedarse con las viviendas si no se pueden pagar unas cuotas y se negociaría con más suavidad con los propietarios, pues aparte de su valor real de subasta —que en muchos casos controlan los mismos bancos con empresas interpuestas— tendrían que soportar un valor contable mermado, es decir pérdidas contables, pérdidas de rentabilidad en el momento y no cuando exija el gobierno, pues sin duda tendrá que exigir limpiar las contabilidades bancarias. 

Los bancos no están teniendo beneficios reales, pero en cambio sí se siguen repartiendo beneficios reales. Cuentan en sus contabilidades unos activos inmobiliarios muy sobrevalorados, que convierten sus contabilidades en falsas o mejor explicado, en irreales. Si una vivienda de 200.000 euros, con una deuda hipotecaria de 120.000 euros —se han devuelto 80.000 más los intereses— y que se puede subastar en 90.000 —curiosamente ahora nadie acude a comprar en las subastas— deja a sus antiguos propietarios una deuda pendiente de 30.000 si se lograr adquirir la vivienda en subasta, cosa compleja hoy en día. Pero si no se subasta y el banco tuviera que soportar en su contabilidad un valor del 50% de los 90.000 teóricos, solo podría valorarlo en 45.000 más los 30.000 que le deberían los antiguos propietarios. Es decir 75.000 para una deuda de 120.000, lo que ya no interesaría a los bancos y tendrían que buscar otras alternativas.

¿Qué harían los bancos entonces?, pues simplemente negociar con los propietarios, ofreciendo años de carencia, con pago solo de los intereses y si acaso unas cuotas de hipoteca más bajas o refinanciando la hipoteca restante a más años con avales añadidos. Todo con tal de que esas hipotecas siguieren contando en sus contabilidades como activos vivos, que esperan otros momentos mejores.

Hay que intentar que los desahucios cedan, pues no son solución para nadie. Y menos, beneficios disimulados para los bancos.