Las buenas ideas se notan enseguida. Y escasean. La idea de convertir con una mínima inversión los solares vacíos (y degradados) de Zaragoza en lugares limpios, ordenados y útiles, es de premio.
Se han ido limpiando y con pequeñas intervenciones en suelos y paredes y algo de mobiliario urbano (no en todos los casos) los hemos convertido en lugares de juego infantil o juvenil, en sitios para estar, o en al menos en lugares aprovechables para sus vecinos. Zaragoza ha salido ganando con la idea y además se continúa interviniendo en aquellas zonas que lo necesitan. Todo un acierto del Ayuntamiento de Zaragoza que debe extenderse a todos los barrios de la ciudad, sobre todo en tiempos de crisis económica en donde las inversiones no son posibles. Nos quejamos cuando algo no nos guata y aplaudiremos cuando lo que se hace es correcto. O al menos lo intentaremos para que Zaragoza mejore.