Fueron y casi lo siguen siendo, estampa de una ciudad, Zaragoza, y de una plaza, la Plaza del Pilar. aunque hoy están en todos los barrios de Zaragoza. Las palomas de Zaragoza durante décadas era casi una firma de identidad, pero la conciencia de un problema amplio primero por sus excrementos que destrozan la piedra y luego por su realidad sanitaria, ya que son animales llenos de parásitos y enfermedades que se pueden trasmitir al hombre.
Desde el punto de vista sanitario, las palomas pueden ser portadoras de organismos que pueden transmitir enfermedades tales como histoplasmosis, ornitosis, salmonelosis y criptococosis. Son, huéspedes de varios ectoparásitos: Cimex columbarius (chinche del nido de la paloma), Argas relexus (garrapata de paloma), Pseudolynchia canariensis (mosca de la paloma). Aproximadamente el 30% de estas aves llevan entre sus plumas algunos de estos organismos trasmisores de enfermedades.
Sin duda hay que controlar a las palomas para que no se conviertan en una plaga aun sabiendo que fueron en el pasado un erróneo sello personal para Zaragoza. Darles de comer en la mana es un peligro, sobre todo si son los niños quienes lo hacen, más débiles ante problemas de salud.