La Torre del
Agua, ese edificio de la Expo 2008 que nos costó 53 millones de euros y no sirve
para muchas cosas ahora que nadie quiere tener imaginación, está siendo
empleada como discoteca por la marca Volkswagen dentro del acuerdo para
promocionar su Golf 7, previo pago de los alquileres y los hoteles que emplean
en estos dos meses. Dicen que dejan a la ciudad de Zaragoza unos 15 millones de
gastos varios. Muy buen negocio para la ciudad.
Todo
perfecto, si no fuera por la pena que nos debe dar ver como un edificio público
cerrado hace 4 años, se abre dos meses para discoteca, por el designio de una
empresa privada.
Es mejor que
esos 53 millones se estén empleando para discoteca privada que para nada, pero
se nos tenía que caer la cara de vergüenza. No quiero añadir más edificios, no
deseo hablar de la crisis, no quiero sino decir que es una vergüenza que todo
se hiciera para “nada” y que ahora “nadie” sepa sacarle jugo a todo lo invertido
en Zaragoza, que permanece cerrado, esperando que el tiempo lo estropee todo.
Dicen que
mantenerlo abierto supondría unos 750.000 euros al año. Jodo. Si solo van a ir
los únicos 75 que han visitado el Museo de San Lázaro este año, pues si, sale un poco
caro. Pero igual es posible encontrarle alguna otra idea más rentable. A costa
de fines de semana como discoteca no me salen la cuentas, pues son 7.000 euros de
coste cada sábado y otro tanto cada viernes, para servir copas. Muchas copas
veo yo. Igual habría que tirar de las orejas o enseñarle el calabozo a quien
tuvo la feliz idea de gastarse tantos millones en un edificio precios pero casi
inútil para el coste que tuvo, alto como un piño pero sin muchas posibilidades
de uso. Claro que el Pabellón Puente es aun más complicado de entender.