Zaragoza, Aragón, necesita un Museo de Arte Contemporáneo casi con urgencia cultural, casi con el deseo contenido de un hueco sin cubrir pero muy necesario para potenciar las posibilidades de la nueva cultura, de la forma de entender el mundo desde la óptica cultural de los creadores.
Tenemos un intento que parece serio en la remodelación del antiguo Museo Pablo Serrano, con el miedo contenido de que o bien el Museo de Arte Contemporáneo o como se llame se coma el Pablo Serrano o al revés, este no deje desarrollarse con libertad y amplitud al primero.
Tenemos un edificio que hace sus pinitos pero que no está destinado a nada en concreto, lo que es mucho y poco, todo a la vez. Es el edificio del Museo de Historia en la Ronda, en la calle Asalto, que intenta tener vida y lo consigue muchas veces, y que podría encajar perfectamente como un centro experimental de Arte, con el nombre en mayúsculas que se le quiera poner.
De lo que no hay duda, de lo que no debería dudarse, es de que en Zaragoza necesitamos beber del Arte Moderno del siglo XXI, y que hay que poner en valor todas las tendencias, todas las formas creativas que se producen en nuestro territorio.