Ayer la
Asociación de Vecinos del Picarral (la AVV Salvador Allende) presentó el libro “40 años construyendo
Picarral” en un acto que contó con la presencia del alcalde de Zaragoza,
representantes políticos actuales de todos los partidos y otros con muchos años
en sus espaldas peleando por el asociacionismo vecinal como Ricardo Berdié, o
una muy nutrida representación de todas las fuerzas políticas y sociales del
Distrito del Rabal y el periodista Plácido Díez que ejerció de maestro de
ceremonias.
Pero el lugar
de honor lo ocuparon los 8 vecinos que en el año 1968 decidieron —saltándose las
leyes de la dictadura— crear una asociación de vecinos (entonces de Cabezas de Familia para disimular) en una zona muy degradada
de Zaragoza, con muy serios problemas de calidad de vida, con todas las
necesidades que hoy no somos capaces ni de imaginar. Junto a estos 8 vecinos,
cientos de nuevos habitantes de un Picarral muy mejorado pero con problemas
para estar a la altura de su Zaragoza.
Alguna vez,
la iglesia cristiana obrera, los jesuitas y cuantos desde su sacerdocio
implicado, ayudaron a los vecinos en España para salir y soportar mejor la
dictadura del general, alguna vez repito, tendrán un reconocimiento global del
trabajo que muchos hombres y mujeres implicados con su religión y su sociedad,
trabajaron por dignificar barrios y sociedades. Picarral es un ejemplo.