La Puerta de Toledo de Zaragoza se encontraba cerca de San
Juan de los Panetes, delante de la trasera del actual Mercado Central, en la
zona en la que estaban hasta hace unas semanas los arcos que envolvía la
estatua de Augusto. Se afianza sobre restos de las murallas romanas de Zaragoza.
En época árabe se conocía como Puerta Belkala y Puerta Bad
al-Yanud y además de utilizarse para cerrar la ciudad por el lado oeste se empleaba como
entrada para cortejos y procesiones que venían desde el cercano Palacio y luego
Castillo de la Aljafería. Era la puerta que cerraba la calle romana y
fundacional de Cesaraugusta llamada Kardus que cruzaba la ciudad de este a oeste.
En el año 1210 y por orden del Rey Pedro II se traslado a
su vera el mercado del grano, dando lugar con ello al germen del que luego
sería y es todavía el Mercado Central de Zaragoza.
Desde el año 1440 sus dos torreones se convirtieron en Cárcel
Real y en 1556 en Cárcel de Manifestados que era una cárcel más dirigida hacia
presos políticos y oprimidos por el régimen que gobernaba, hasta que se
dictaminara que se habían detenido con motivo o sin él, con justicia o sin
justicia suficiente. Esta figura entonces particular de las leyes aragonesas se
empleaba también para conflictos civiles de retención. Era como un Hábeas
corpus pero en antiguo.
En el año 1842 y por su estado abandonado y de ruina, en
vez de restaurarla se derrumbó, perdiendo Zaragoza una de sus puertas más
bonitas.