Deberemos reconocer en algún momento que la Expo Zaragoza 2008 fue un sueño que pasó rápido y que nuestro carácter nos hace olvidar enseguida lo que pudo haber sido y no fue. Lo que no hemos sabido conservar y por recordamos por siempre para hacernos sufrir.
Nos gusta decirnos a la cara que fuimos imbéciles o tontos, malos o unos abandonados. Pero con eso no conseguimos salir del atolladero que nos lleva a la nada.
Ahora volvemos a recordar la escultura “Splash” de la Torre del Agua, esa maravillosa e imposible escultura que semejaba un torrente de agua cayendo desde lo alto del emblema que representaba la Torre del Agua. La cortamos, la rompimos, la guardamos y la intentamos olvidar para poderla tirar a la basura sin que se nos ponga la cara roja en el intento.
No hemos sabido aprovechar lo bueno de la Expo Zaragoza 2008. Lo sabíamos además. Sabíamos perfectamente todos, los que observábamos y los que ordenaban y gestionaban, que aquello lo tiraríamos al olvido, que no seríamos capaces de sacarle sabor y jugo, que no somos tierra de futuro ni de pasado.
Bueno, al menos nos quedarán las imágenes para el recuerdo. Eso si las hemos guardado nosotros, pues si esperamos a que nos las guarden los poderes públicos, también se nos olvidará el recuerdo de la Expo 2008.
Por cierto ¿se han dado cuenta que hemos vuelto a hablar del Teatro Fleta como si fuera algo que existe, que no nos ha costado un huevo de millones, para conservar unos hierros oxidados y un esqueleto lleno de basuras? ¡Jolines estos bobos bajitos!