Ayer visité (otra vez) el Palacio de La Aljafería de Zaragoza, lugar del que deberíamos estar muy orgullosos todos los zaragozanos y aragoneses tanto por ser parte de nuestra historia como Corona de Aragón como parte de nuestra historia árabe. Pero sin sorprenderme de nuevo, pues ya es imposible al haber sido visitado decenas de veces en muy distintos periodos de su restauración, debo decir que si me sorprendió muy gratamente el gran número de visitantes que tenía en sus salas, valorando que era domingo y es un día de más ajetreo cultural.
Hasta 6 autobuses había en la puerta pero el número de visitantes individuales también era muy elevado, lo que nos indica el interés alto que despierta entre los visitantes a Zaragoza y entre los propios zaragozanos. Los servicios de guías y las exposiciones temporales ayudan a darle más valor a la visita. Es cierto que personalmente me gustaría más información sobre las salas y el Palacio de la Aljafería en cada zona por la que se recorre el mismo, pero soy consciente de la poca atención que las visitas prestan a los carteles informativos. Aun así, creo que reflejar más lo que supuso para Aragón la Aljafería sería de desear, para poner en valor su influencia en Zaragoza y su historia.