La quema de contenedores de papel en Zaragoza es un lastre al que hay que buscar solución de forma contundente y rápida, pues es una vergüenza que algún día puede producir una tragedia. Los fines de semana y tras jornadas de alcohol y fiesta se siguen sufriendo quemas que en muchos afectan a vehículos estacionados, produciendo también graves gastos en edificios y locales.
La solución (casi) definitiva es el soterramiento de los contenedores —ya se ha quemado uno soterrado en Las Fuentes, todo hay que decirlo—, algo que en estos momentos es imposible realizar por coste. Pero mientras tanto y aun sabiendo lo complicado que resulta poder detener a los culpables por la forma en que se realizan los actos delictivos, habría que estudiar un tipo de contenedores anti vándalos, que al menos minimizara los efectos de la quema intencionada. Es labor del Ayuntamiento, de la empresa concesionaria, de la policía local y de todos nosotros.
Y se debe cambiar algunas prácticas, como publicitar menos los actos y más las pocas detenciones realizadas. Y sobre todo —algo que se está haciendo a petición de los vecinos— posicionar los contenedores de papel en lugares más seguros, alejados de viviendas, locales inflamables, zonas de aparcamientos, etc.