La Casa del Director de la Azucarera del Rabal se está trabajando en su rehabilitación por 24 alumnos de la Escuela Taller municipal, la Azucarera. El proyecto de formación de estos jóvenes y de rehabilitación del edificio ha sido impulsado y cofinanciado por el Ayuntamiento de Zaragoza, a través de Zaragoza Dinámica (Instituto Municipal de Empleo y Fomento Empresarial), el Gobierno de Aragón y el Fondo Social Europeo, ambos a través del Instituto Aragonés de Empleo (INAEM).
La actividad de la Escuela Taller se inició el pasado 27 de septiembre de 2010 con el arranque de la fase formativa, en la que los 24 alumnos han recibido formación teórico-práctica de la especialidad profesional elegida (albañilería, carpintería o fontanería-electricidad), siguiendo el programa del Certificado de Profesionalidad correspondiente. En los primeros seis meses, los alumnos han disfrutado de una beca para sufragar los gastos de su asistencia a la Escuela Taller. A partir de los próximos meses y hasta septiembre de 2012, el curso alternará la formación teórica con el trabajo real en obra, en el propio inmueble histórico, catalogado desde 1999 como de interés arquitectónico. Durante este periodo, los alumnos llevarán a cabo su labor en régimen de contrato laboral en prácticas, percibiendo como remuneración a su trabajo el 75% del salario mínimo interprofesional.
Se espera que el próximo mes de septiembre de 2012 —fecha de conclusión prevista de esta Escuela Taller dirigida por el profesor Luis Benedicto—, hayan finalizado los trabajos principales de recuperación del edificio y de su entorno aunque las últimas actuaciones y la puesta en servicio se harán con la colaboración de un próximo proyecto formativo. Se estima que los alumnos habrán invertido más de 3.800 horas de formación, tanto teórica como práctica, además de realizado visitas a diferentes empresas del sector y recibido relevante información en aspectos relacionados con prevención de riesgos laborales y primeros auxilios.
“Los alumnos de Escuelas Taller como esta de la Azucarera no sólo salen mejor preparados para acceder al mercado laboral y desempeñar un oficio con garantías de profesionalidad, sino también aprenden valores y comportamientos que les serán muy útiles en sus relaciones laborales futuras. Es decir, no sólo se forman como trabajadores sino que también como personas”, ha recalcado la vicepresidenta de Zaragoza Dinámica, Isabel López. “Somos conscientes de que esto es sólo una gota en el océano, pero eso no significa que la labor realizada, a su escala, tenga una enorme repercusión e importancia para muchos jóvenes y muchas familias. Crisis como la actual hacen más valiosos si cabe programas como este en los que no sólo se forma a jóvenes en un oficio, sino también se neutraliza el riesgo de exclusión que padecen”.