Vuelve a
publicarse como un mantra insistente, el mal futuro que tienen los mercadillos en
Zaragoza, la mala vida que llevan los 70 espacios que en nuestra ciudad existen
como mercadillos, de los que únicamente media docena tienen una vida parecida a
lo que se puede considerar “situación aceptable”.
No hemos sabido
en la última década trabajar los mercadillos desde el Ayuntamiento de Zaragoza-
Los responsables municipales no han sabido entender el cambio necesario, las
reformas y las modas imperantes. No han viajado a otras ciudades a ver mercados
y a simplemente copiar.
El caso más
duro de entender es el mal trabajo realizado en el Mercado de San Vicente Paul,
para pena de una iniciativa que debería haber servido como ejemplo para otras
parecidas. Se ha invertido en un reforma importante, en una zona idónea para
intentar un cambio profundo en formas comerciales, y los puestos siguen
cerrados, los clientes son los de siempre (es decir pocos) y la reforma no ha
servido más que para lavar la cara. Mal inversión. Pero sobre todo una
iniciativa que se ha tirado a la basura, cuando hubiera sido mejor que de
fracasar, hubiera sido con una renovación osada y atrevida que hubiera servido
para buscar nuevas fórmulas.
Tenemos ahora
en la lista de espera el Mercado Central que necesita una renovación
importante. Pero hay decenas de espacios que deben cerrarse (muy mala decisión)
o renovarse profundamente con nuevos conceptos.
¿Qué tal
visitar el Mercado de Chamartin o San Miguel o San Antón en Madrid? En un solo
día se pueden visitar los tres y copiar algunas ideas. No hay que viajar mucho
ni muy lejos. Y si se es gestor municipal se puede incluso preguntar y hacer un
estudio sencillito de los caminos que en otras ciudades se están abriendo para
los mercadillos tradicionales.No doy pistas de posibles soluciones, solo remito a ejemplos en donde se pueden ver otros caminos emprendidos, para poder competir con los supermercados.