Tras visitar las salas de Arte Contemporáneo del Museo de Bellas Artes de Bilbao, me he rebotado más de la habitual, que ya es mucho de normal. O Aragón despierta o nos vamos a quedar perdidos en el desierto vacío.
Tenemos espacios que esperan dormidos en el sueño de los imbéciles a que alguien los despierte. Varios y amplios en Zaragoza. Aragón se merece, necesita, debe tener un Museo de Arte Contemporáneo "de verdad".
Tenemos artistas suficientes en Aragón para ser el germen cultural y artístico que sepa llamar a su sociedad hacia la contemplación, la motivación o la crítica. Elementos que además ayudarían al turismo y a poner a Zaragoza en los circuitos contemporáneos.
Se trata eso si, de trabajar algo más desde la cultura, de saber recoger y negociar más que de invertir, de ser osados e inteligentes y de abandonar esta forma de comportamiento cerrado que nos parece obligar a parecer inútiles siempre.
O despertamos de una vez, o creemos en Aragón desde Aragón, o nos hundimos en la miseria con toda la sociedad metida en el mismo saco. También en crisis es buen momento para pensar en el futuro.