Se vuelve a recordar, y esta vez desde el servicio de Patrimonio e Historia Cultural del Ayuntamiento de Zaragoza, que el Puente de Piedra de Zaragoza no debe soportar tráfico pesado, autobuses urbanos en su calzada.
Varias veces se ha intentado cerrar al tráfico rodado el Puente de Piedra y siempre los vecinos se han opuesto a la medida, pues es cierto que se pierde comunicación con el centro de la ciudad. Pero también lo es que el Puente de Piedra no tiene sentido como puente con tráfico, por su historia, por su comparativa con otros puentes similares en otras ciudades importantes y ahora para su conservación.
Parece ser que la zona de la última arcada, junto a la calle Echegaray y Caballero, está en malas condiciones. Zona que ya se ha restaurado en alguna ocasión (la última en 1991) pero que presenta grandes grietas, más visibles al retirar arbustos de su base. El peso y temblor de los autobuses urbanos daña el asiento de los sillares de piedra.
Tal vez sea momento, tras las próximas elecciones municipales, para que escuchando a Patrimonio, se tengan que tomar medidas definitivas sobre el futuro del Puente de Piedra.