Esta ventana no vio pasar la historia de aquellos años, pues entonces los medios de comunicación en localidades pequeñas eran lentos y muy parciales. Así que no sabría nada de los Cien Mil Hijos de San Luis, de la Pepa que parecía que al final se podría poner en funcionamiento con libertad durante este Trienio Liberal, ni de los deseos de algunos militares por apoderarse del poder más poderoso. Es lo que siempre hacían en aquellos siglos los militares. A favor de una idea o de la contraria.
El General Rafael del Riego era diputado y defensor de la Constitución llamada La Pepa, que exigió jurar al Rey Fernando VII. Así que este mal rey, cabreado y sin hacer caso a las ventanas que se veían en tierras aragonesas, decidió un año después de esta ventana mandar ajusticiar al general Riego en la Plaza de la Cebada de Madrid, por liberal. Y la ventan sin enterarse de casi nada.