Emilio Eiroa
fue un Presidente de Aragón corto, pero no fue un político aragonés escaso pues
a su carrera política se le unieron diversos cargos de gran responsabilidad.
Aquellas décadas aledañas a su mandato, fueron para Aragón grises, con políticos que iban y venían,
con mociones de censura que hoy se entienden absurdas, con crispación para
nada, con un PAR belicoso en apariencia, que trajo al actual PAR domesticado al
poder tenga el color que tenga y muy capaz de encontrar siempre a aplaudidores
que le facilitan sus transiciones y cambios de rumbo.
Emilio Eiroa
era serio, fácil de entender, creo que cercano, bastante conservador pero
blando y eso le llevó a ser “comido” por los que preferían al político
zaborrero, al que sabe manejarse entre los barros, al que domina batallones de
ineptos pero fieles.
Siempre creyó
en los aragoneses, aunque sin dejar de mirar a Madrid por el rabillo de la
tranquilidad, como también creo que siempre soñó con un gran partido de
derechas en Aragón, que no logró gestionar. No tuvo un mandato sencillo como
Presidente de Aragón, en unos años en los que demasiados pensaban en lo suyo y
no en lo de todos, pero desde ópticas políticas.