Zaragoza ha
perdido en el año 2012 más de 700 autónomos, microempresas que desaparecen por
la crisis y tal vez por unas malas decisiones económicas que no apoyan
decididamente la creación de nuevas empresas, por pequeñas que sean.
Pero siendo
un mal dato, hay que asentarlo y entrar en un análisis más sereno. En estos
momentos en Zaragoza hay más de 40.000 trabajadores autónomos. Este es un buen
dato sobre todo si lo comparamos con el número de habitantes. Señalemos para comparar
que en Valencia hay 49.000 autónomos.
Tan
importante en la zona negativa es detectar microempresas que tiene que cerrar,
como analizar qué tipo de estas se abren a una nueva actividad. Y estudiar
desde las Cámaras de Comercio en qué sectores hay más actividad, qué tipo de
servicios están realizando y la calidad de futuro que tenían las que finalmente
han tenido que cerrar a la vez que se estudia qué necesidades tienen los nuevos
autónomos y que ayudas pueden necesitar.
Una empleada
del hogar puede ser un trabajador autónomo pero también lo son los diseñadores
gráficos, los fotógrafos, los arquitectos, los artesanos o los profesionales de
servicios. Y la diferencia de calidad y cantidad económica de un grupo o de
otro es bien distinta.
En estos
momentos las administraciones aragoneses les deben a los trabajadores autónomos
una cantidad superior a los 193 millones de euros, lo que supone un grave
problema para microempresas con pocos recursos económicos.