Mientras en Madrid el Ayuntamiento del PP termina el proyecto de (su) El Matadero recupera para la cultura un lugar inmenso y con enormes posibilidades; aquí en Zaragoza tanto el PP como el PSOE están secos de ideas, de proyectos, de conceptos de lo que debe ser una ciudad útil para el siglo XXI.
El último detalle que nos convierte en imbéciles a los zaragozanos es prometer el candidato Suárez del PP, que si llega a Alcalde, parará las obras del segundo tramo del tranvía, para consultar y volver a estudiar por donde debe ir o si incluso debe acabarse el proyecto. Tremendo.
Tremendo por que engaña, ya que sería tan costoso parar unas obras ya adjudicadas que no es (casi) posible dar marcha atrás. Y eso lo sabe y no hay que engañar a la ciudadanía con ello. Pero es que además lo que observo son si acaso, paralizaciones de proyectos. No veo nuevas ideas, cambios para una ciudad importante, proyectos que sirvan para despertarnos del letargo.
¿Para qué se quieren presentar a Alcalde, si no tienen ideas que plantear?
Y no me sirve que las tengan pero escondidas, pues somos muy adultos y son ellos los que aspiran a cobrar de nosotros y no al revés. En democracia a los gestores los elijen los ciudadanos y no al revés. Si se quiere gestionar en democracia hay que demostrar que se sabe gestionar y se quiere trabajar por todos los demás. Excepto claro, que ya no estemos en democracia aunque no nos atrevamos a decirlo y reconocerlo.
Por cierto, hace 30 años se hablaba (hablaba yo incluso) de que el Matadero de Zaragoza tenía un gran reto, que era llevar gente para darle vida, crear sinergias y elementos culturales que sirvan para que esté activo durante todo el día, todos los días. Se han hecho cosas, pero se ha quedado a mitad camino de aquellos proyectos planteados. Hoy sigue sin ser un referente para la ciudad y si acaso un buen local para el barrio. Comos muchas veces, nos quedamos a medio camino, por falta de coraje que no de dinero, pues lo sabemos tirar por el desagüe con mucha facilidad.