El arzobispado de Zaragoza inaugurará a mediados de marzo de 2011 el Museo Diocesano en la Plaza de La Seo de Zaragoza, que desde hace tiempo constituía una 'laguna' cultural de la ciudad. Las obras, dirigidas por el arquitecto Javier Borobio, se iniciaron hace meses y van muy avanzadas. Quienes conocen el proyecto lo definen como "espectacular", toda vez que el museo tiene una gran superficie (aproximadamente la mitad del palacio arzobispal, en el frente que da al Ebro) y que en él se van a reunir piezas de gran riqueza histórica y artística, muchas de ellas apenas conocidas por el público. La idea del arzobispado, al parecer, es que la inauguración del centro coincida prácticamente con la de la restauración de las torres del Pilar, prevista para el 11 de marzo.
Desde 1988 hasta hoy se han ido reuniendo obras importantes, que han sido restauradas, muchas de ellas en el taller diocesano o a cargo de equipos privados. Todas ellas se han catalogado, inventariado y estudiado por prestigiosos especialistas. Se han reunido varios cientos de obras excepcionales, entre orfebrería, escultura, grabados, pinturas, documentos y ropas litúrgicas, procedentes de una veintena de localidades de la diócesis. La selección, única en su género, recoge objetos datados entre el siglo V y el XIX. Constituye uno de los mejores retratos que puedan hacerse de la historia del arte religioso en Aragón.
Buena parte de las piezas que se van a mostrar al público son muy poco conocidas. Otras han formado parte de exposiciones como 'María en el arte de la diócesis' (1988), 'El espejo de nuestra historia' (1991), 'Santa Engracia' (1993), 'El Pilar es la Columna' (1996) o 'María, fiel al Espíritu' (1998). Aunque han estado en óptimas condiciones de conservación, solo han sido expuestas en contadas ocasiones, por lo que la inauguración del museo va a suponer un acontecimiento cultural.