La cabalgata de los Reyes Magos de Oriente con Melchor, Gaspar y Baltasar, ha recorrido las calles de Zaragoza en una jornada lluviosa pero mágica, emocionante e ilusionante sobre todo para todos los niños de Zaragoza. Miles de niños, acompañados por sus padres, abuelos y familiares más cercanos, han seguido con atención el tradicional desfile de la víspera del Día de Reyes, que ha contado con el desfile de más de trescientas personas y veinticinco carrozas.
Un año más, las calles de la ciudad se han vuelto a llenar de magia e ilusión, a pesar del frío y de la lluvia que ha caído, aunque lo único que para los niños ha caído del cielo han sido los caramelos de sus Majestades. Los Reyes Magos de Oriente han llegado a la plaza del Pilar montados en camellos y han estado una media hora paseando por la céntrica plaza y saludando a niños y mayores allí congregados. No ha faltado la música, el color y la magia en esta cabalgata de Reyes, aunque lo más destacable ha sido la ilusión de los más pequeños por ver no sólo a Melchor, Gaspar y Baltasar, sino también a los Carteros Reales, que se han encargado de abrir el desfile, y demás acompañantes que han hecho malabares con fuego o que iban andando en zancos imposibles.
A Zaragoza han llegado los Reyes con toda su corte, más de 300 pajes y ayudantes que acuden desde Asia -los que acompañan a Melchor-, de Europa -los que arropan a Gaspar- y de África -los que forman el séquito de Baltasar-. Entre ellos iba el astrónomo, acompañado de un gong gigante; músicos con flautas; soldados con arcos; una lámpara maravillosa; un gran elefante; músicos percusionistas; un tonel gigante con viandas y vino, malabaristas, saltimbanquis y mesoneros; así como mercaderes, vendedores de alfombras, aguadores y mendigos o una gran carroza del tesoro. Los Reyes han descendido de sus carrozas en la confluencia de la calle Alfonso con la plaza del Pilar, y desde allí, y acompañados por el alcalde y una comitiva, han recorrido el Belén para proceder a la Adoración del Niño.