El gamberrismo y la falta de moral pública en Huesca, en plena calle, era tremendo, tanto que el alcalde tuvo que emitir un Bando municipal advirtiendo de fuertes represiones contra los vecinos que atacaran con sus actos inmorales a los niños y a los adultos.
Dicen que han visto incluso a un par de vecinos de distinto sexo, acariciarse las manos en plana calle, algo tremendo, pues eso solo se puede hacer en el dormitorio y con la luz apagada.
Claro que… era el año 1953 y era octubre, mes de las calenturas. O no.