18.9.24

Vigilia en Zaragoza, días de 1806


La vigilia religiosa y referida a la alimentación es una acción de penitencia que se remonta al siglo II y tiene un significado de purificación del cuerpo que toma como referencia los sacrificios de Jesús y su ayuno durante 40 días en el desierto, antes de su misión entre sus gentes. 

En los últimos siglos era sobre todo abstenerse de comer carne y rezar más. Y si pagabas la Bula, te salvabas de pecar. 

Mientras que la abstinencia (que es un grado más alto) es no consumir alimentos como la carne y ciertas bebidas, o no cometer ejercicios sexuales con el fin de cumplir con un compromiso religioso y moral.

En las Guías de la Zaragoza de inicios del siglo XIX se nos indicaba qué días de todo el año había que hacer vigilia. Es, si lo miramos con calma, una manera de hacer dieta en días que te indicaban desde la Iglesia, y ahora te lo dicen los anuncios de la televisión.

Comer menos, no comer carnes, más verduras y más frutas. Antes se decía que también había que rezar más, ahora con limitarnos en estos días a escribir menos insultos en las Redes Sociales, te lo convalidan en el Cielo. 

En el año 1806 había 15 días de vigilia repartidos en siete meses. Ahora ya los hemos reducido, debe ser que no les hacemos mucho caso.

17.9.24

Paseo Independencia de Zaragoza en el siglo XIX


Ayer os puse una entrada sobre la historia del Gran Café Ambos Mundos de Zaragoza, uno de esos lugares que nunca deberían haber desaparecido de nuestra ciudad por su tamaño y servicios.

Ahora me conformo con poneros dos imágenes de aquella zona del Paseo Independencia, de la zona en donde se encontraba, y con un poco de ambiente urbano para que observemos cómo era la zona.

En los bajos del 32 34 del Paseo de la Independencia (incluso tenía un jardín trasero que daba a la Calle Ponzano), en octubre de 1881 se inauguró el Café Ambos Mundos. Presentaba un amplio salón, Café, Lechería, Cervecería y Sala de Fiestas en la zona superior, la Parrilla en el bajo que era un medio sótano y una pequeña pista de baile. Cerró definitivamente el 2 de septiembre de 1955.

Se formaban tertulias, se hacían negocios, acudían familias enteras a tomar su chocolate vienés, enamorados, periodistas, escribientes, artesanos y militares. Los camareros con mandilón blanco llevaban enormes cafeteras y conocían por su nombre de pila a todos los clientes habituales. En algunas horas determinadas actuaba alguna orquestina para amenizar los tiempos.

La imagen de abajo es del año 1881, la de arriba no tengo fecha. Las imágenes son del archivo del Ayuntamiento de Zaragoza.



16.9.24

Gran Café Ambos Mundos de Zaragoza



El 2 de septiembre de 1955, pocos meses antes de ver la luz el que escribe, desaparecía el Café Ambos Mundos, uno de los cafés de mayores dimensiones de Europa, tal como rezaba, según me cuentan, un cartel en su fachada. 

Su enorme salón, que invitaba a la conversación, era escenario de jugosas tertulias de la Zaragoza pomposa y rica del momento. La generación joven y madura de finales del siglo XIX encontraban allí un lugar de encuentro con amigos.

Situado junto a la calle Casa Jiménez, en pleno Paseo de la Independencia, en los números 32 y 34, en la última zona de los porches y en los locales que luego fueron banco y ahora oficinas de la DGA, con un jardín trasero para las tardes de verano que llegaba hasta la calle Ponzano, se inauguró el 4 de octubre de 1881.

El Café Ambos Mundos fue una referencia ineludible de la hostelería zaragozana y de los visitantes de la ciudad en aquellas décadas. Ocupaba cuatro naves y los bajos de una manzana completa, con una atrevida arquitectura y decoración interior.

Por su enorme tamaño se le puso el nombre de “Ambos Mundos” por parte de sus primeros dueños Manuel Puig y José Sánchez. Fue decorado y pintado por Alejo Pescador actuando de director de obras Antonio Miranda. 

A los 8 años de abrir, José Sánchez tuvo que ceder su parte por impagos al Banco de Crédito de Zaragoza, propietario de los locales. En el año 1901 cambió de titularidad al venderse el Café Ambos Mundos a Pablo Calvete, Mariano Pobes y Remigio Marco quieren tuvieron la propiedad hasta el año 1923, en que se vendió a Luis Pascual, con importantes transformaciones en su interior.



En el año 1930 el Banco de Crédito de Zaragoza ocupó la parte del enorme local del número 32 del Paseo Independencia. En diciembre del año 1941 volvió a cambiar de dueños y se reformó completamente. 

Cervecería, chocolatería, salón cafetería, una lujosa y moderna sala de fiestas y restaurante llamado La Parrilla se fueron creando en su interior según iban pasando los años, constituyeron todo un hito en su tiempo.

Su ocaso se produjo como consecuencia de su mala gestión económica al arrastrar cuantiosos gastos para su mantenimiento y por el auge de los bancos que necesitaban locales céntricos, espaciosos e importantes. 

El Gran Café Ambos Mundos de Zaragoza cierra sus puertas el 2 de septiembre de 1955 con casi 74 años de vida importante en su Zaragoza de entre siglos.

15.9.24

Teruel en Budapest, en el Museo Robert Cappa


Esta imagen está en el Museo de Robert Cappa en su ciudad natal, Budapest, en un mural de dos metros de altura que recuerda su trabajo en la Guerra Civil española. 

Nos muestra la ciudad de Teruel, el viaducto en el Frente de Teruel el 3 de enero de 1938. En realidad Robert Cappa es un nombre inventado por el mismo o por su novia también fotógrafa, pues su nombre real era André Ernö Friedmann.

Fundador de la Agencia Magnum en 1947 con Henri Cartier-Bresson, George Rodger y David Seymour ‘Chim’, ha pasado a la historia por su manera de fotografiar la vida y los momentos importantes de esa vida que él iba buscando, a veces entre la propia muerte.

Aquel hombre nómada dejó una frase para la historia: "Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es porque no te has acercado lo suficiente". Es sobradamente conocida, incluso tópica, pero también es un formidable consejo para trabajar en la fotografía de calle.


Monasterio de Santa Fé o de Los Bernardos, en Zaragoza


Una de las pocas ruinas que nos quedan de la Guerra de la Independencia en Zaragoza y que nunca ha sido reparada aunque de ello haga ya más de doscientos años, es el llamado Monasterio de Santa Fé o de Los Bernardos, adscrito al Distrito de Casablanca y en el término de Santa Fé y Cadrete.

En 1344, con la correspondiente autorización del convento Bonnefont (Casa Madre que estaba en el Alto Garona, en los Pirineos franceses), se se firmó un acuerdo entre el abad de Fonclara y Miguel Pérez Zapata según el cual, éste último se comprometía a levantar un nuevo monasterio en el lugar de Cadrete, si la comunidad de Fonclara se trasladaba allí. En 1346 se conseguía la preceptiva licencia del papa Clemente VI para poder efectuar el traslado.

El traslado de la comunidad de Fontclara a Santa Fe se hizo efectiva en 1346 y estaba motivada por la inestabilidad que sufría el territorio de Albalate y el mal estado en el que se encontraban las dependencias monásticas, no aptas para su actividad. Se ha especulado en la coexistencia de ambos monasterios, Fonclara y Santa Fe, pero, de hecho, la situación se limitaba en mantener las posesiones del primer establecimiento, que se administraban desde Santa Fe.

Los impulsores de esta fundación fueron los señores Miguel Pérez Zapata y su esposa Sancha Garcés, quienes entregaron algunos edificios donde establecerse, además de bienes y rentas para llevar adelante la nueva empresa. El fundador era un importante personaje de la corte real, a raíz de su amistad con Pedro el Ceremonioso y logró una serie de privilegios reales a favor de la nueva casa.

Durante el siglo XVIII se arregló todo el conjunto monástico bajo la dirección de fray Benito Plano, perdiendo su carácter medieval. En 1808 fue ocupado por el ejército francés, saqueado e incendiado en su huída de Zaragoza tras el Primer Sitio y los monjes tuvieron que huir, hasta que en 1814 pudieron regresar. Todo el monasterio está rodeado de una muralla que impresiona por su tamaño.

Luego sufrió una nueva exclaustración durante el Trienio Liberal y, finalmente, la exclaustración definitiva, supresión y venta en el bienio de 1835-36. Hoy es de propiedad particular y la parte que todavía se conserva está en una grave situación de ruina.

La dispersión de las obras de arte y objetos de culto tras las desamortizaciones fue total, y solo los esfuerzos de la asociación han servido para localizar algunos de ellos. El archivo tuvo un patrimonio enorme, del que sabemos aún muy poco porque no se guarda documentación de como se dividió, se robó o destruyó y solo se conservan algunos recuerdos o apuntes y un par de obras en las parroquias de Cuarte y Cadrete.

En la imagen de arriba podemos ver su interior en el año 1913, y podemos decir que excepto algunas reparaciones muy urgentes, ahora está muy similar a como lo vemos en la imagen.



La Segunda Puerta de Santa Engracia de Zaragoza, que nunca se terminó


Hasta tres Puertas de Santa Engracia tuvimos en Zaragoza, en el final de la actual Plaza de Aragón como salida a los campos del final de Zaragoza, a la zona de la actual Gran Vía y Paseo Pamplona, casi en la plaza de Basilio Paraíso. Ninguna de las tres existe ahora,

La segunda puerta es la que vemos aquí arriba en un dibujo para la revista "El Museo Universal" en su número 49, en diciembre de 1860, puerta que se quiso terminar deprisa y corriendo añadiendo lienzos para disimular sus eternas obras, pues la visita de la Reina Isabel II a Zaragoza necesitaba mostrar una ciudad acabada, bella y recuperada de los Sitios de Zaragoza.

Se intentaba levantar allí un Arco del Triunfo para honrar a las luchas de los zaragozanos contra los franceses, y junto a las ruinas del Monasterio de Santa Engracia. Pero aquellas ideas nunca cuajaron bien pues la ampliación de la ciudad hacia precisamente la zona en la que estas puertas la cerraban, impedía que fuera tomado como un monumento válido para la nueva Zaragoza.



Esta puerta comenzada en el año 1830 y nunca acabada, se sometió cuando estaba las obras a mitad, a un nuevo concurso de ideas en 1859. Una de ellas la vemos firmada por el arquitecto Federico Inguenza Castellanos y que resultó ganador del concurso. 

Nunca se hizo ni terminó lo comenzado y finalmente en el año 1865 se demolió todo lo que se había construido para esta puerta, que solo la vemos como idea o como trampantojo para la visita de la Reina en la imagen de arriba o como proyecto en estas otras dos a color.



14.9.24

Torreón neoárabe en la Zaragoza de 1860


Este torreón neoárabe se puso en la zona del Coso de Zaragoza en el año 1860, para homenajear a la Reina Isabel II que vino de visita a Zaragoza. 

La fotografía la hizo Charles Clifford y la torre la pagaron los agricultores, comerciantes e industriales zaragozanos, como muestra de apoyo a la Reina, junto a la Diputación de Zaragoza.

Acompañada por el rey consorte, Francisco de Asís, llegaron a Zaragoza, coincidiendo con las Fiestas del Pilar de aquel año, el 7 de Octubre, a la Estación del Norte del recién inaugurado ferrocarril Zaragoza-Barcelona pues venían de unos días de visita a Cataluña.

El alcalde de Zaragoza de entonces, don Simeón Gimeno los recibió en la fábrica de harinas de los señores Villarroya y Castellano, y allí se le entregaron a doña Isabel las llaves de la ciudad, para a continuación pasar a ver la Estación, pues el séquito llegó en coche de caballos desde Lérida.

Abajo vemos un dibujo de la misma , hecho con ambiente de la calle.





Zaragoza destruida tras los Sitios de Zaragoza


Este plano de la ciudad de Zaragoza (en dos partes) nos la muestra tras los dos Sitios de Zaragoza y remarcado en rosa las zonas que se destruyeron en los sitios, los lugares por donde atacaron los franceses con mayor fuerza entre finales del año 1808 y principios de 1809. 



Fiestas de Primavera en Zaragoza. 1927


Este programa de mano del año 1927 anunciaba las Fiestas de primavera de aquel año en Zaragoza. Siempre las Fiestas de Primavera han sido importantes en nuestra ciudad, hasta hace unos años (décadas más bien) en los que fueron cayendo de importancia y dejando si acaso algunos actos puntuales y muchas veces confundidos con actos florales y no culturales o deportivos.

Nunca es tarde para recuperar de verdad una Fiestas de Primavera en Zaragoza, con una personalidad propia. Lo comento en septiembre para que de tiempo hasta mayo para reflexionar. Aunque ya sé el resultado.