Sillería del coro de El Pilar en donde vemos el monumento |
La Cruz del Coso era un monumento ya desaparecido de Zaragoza
que estaba (más o menos) en la zona en donde ahora está el monumento a los
Mártires en la Plaza de España.
En el siglo XIV o XV y en la misma zona
extrarradio en donde se celebraban las carreras de caballos se edificó un
templete de piedra y redondo con unas columnas pulidas rodeando en el centro a
una gran cruz de piedra dorada, que recordaba el lugar en donde fueron
engañados, detenidos y torturados los Innumerables Mártires cristianos de
Zaragoza durante la persecución de Publio Daciano, prefecto de Hispania en el
siglo IV y cuyos restos estaban depositados en la iglesia de Santa Engracia o
de las Santas Masas.
El monumento estaba en las afueras de Zaragoza justo
enfrente de la Puerta de Cinega (que no Cinegia que era un Pretor Judío de
Zaragoza que vivía por la zona, aunque luego haya quedado este nombre como el
recordado) que tenía este nombre (Cinega) precisamente por ser la puerta por la
que se salía hacia la iglesia de “las cenizas” de las Santas Masas. Esta zona
era también en donde primitivamente se ajusticiaba a los reos condenados a
muerte en la ciudad.
Este monumento fue reformado y ampliado por la Diputación
del Reino de Aragón en el año 1592 y 1654 y se volvió casi a reedificar en el
año 1682, teniendo posteriores reformas en los años 1749, 1759, 1761 y 1767.
Era un monumento muy apreciado por los zaragozanos de aquellos siglos, pues el
3 de noviembre de cada año se celebraba una fiesta religiosa a la que solía
acudir el Virrey de Aragón.
A la derecha, ruinas de la Cruz del Coso tras los bombadeos de los franceses en la Guerra de la Independencia |
En el año 1808, el 11 de agosto, el monumento sufrió una
destrucción casi total por los bombardeos de los franceses en Los Sitios de
Zaragoza cuyos restos permanecieron sin retirar hasta el año 1810. Se
reconstruyó en 1826 de una forma muy pobre y solo duró hasta 1835 en que se
destruyó por el reordenamiento de toda la zona, hasta que en 1904 se edificó
definitivamente el actual monumentos a todos los Mártires de Zaragoza, aunque
en especial a los de la Guerra de la Independencia, poniendo en todo lo alto
una cruz que recuerda a la Cruz del Coso que hubo en el mismo lugar.
En medio de estos tiempos se construyó casi en el mismo
lugar el monumento fuente a Neptuno a partir del año 1833 que hoy está en el
Parque José Antonio Labordeta. Aquel monumentos era de una gran utilidad pues
representaba una gran fuente a la que acudían los zaragozanos y los aguadores
de calle a recoger agua para sus hogares. Pero los zaragozanos entendían que el
monumento a Neptuno estaba dedicado a un dios pagano y las críticas vecinales y
de la iglesia pudieron con este hermoso monumento lo que obligó a tener que
realizar la actual fuente. Aquella fuente recibió aguas en el año 1845 y hasta
el año 1862 fue la única fuente de Zaragoza, lo que nos da idea de su
importancia.