Zaragoza fue en su historia una ciudad importante bajo los visigodos, antes de ser conquistada en el siglo VIII por el Califato Omeya, donde se conoció como Saraqusta. Sirvió como capital regional de la Marca Superior (al-Thaghr Al-a’la) de Al-Andalus.
Después de la caída del Califato de Córdoba, Saraqusta se convirtió en la capital de un principado independiente, la Taifa de Saraqusta (partido o facción), donde alcanzó su cenit bajo el reinado de Al-Muqtadir, Al-Mutaman y Al-Mustain II de la dinastía Banu-Hud. La ciudad fue conquistada más tarde a finales del siglo XI por los almorávides antes de caer en manos de los cristianos en 1118.
La organización de aquella ciudad hoy Zaragoza, en forma de cuadrícula, fue un uso lógico del plano de la ciudad que hizo la colonia romana en su fundación, y que se mantuvo después de la conquista musulmana de la ciudad.
Este excelente dibujo a modo de plano aéreo de Saraqusta sería del año 1118, desde al-Jazira (es una interpretación de J. Peña-Gonzalvo. Modelo 3D de L. Agustín-Hernández y A. Fernández-Morales desde la Universidad de Zaragoza).
Esta ciudad con más de 50.000 habitantes era según el historiador George T. Beech,“una gran ciudad de grandes palacios y altas torres”, según la describió un trovador occitano que la visitó a principios del siglo XII, una “nueva capital intelectual”, cuyo ambiente lo propició “la fama de sus investigadores, la abundancia y riqueza bibliográfica de sus numerosas bibliotecas, su ubicación en la frontera con Europa Occidental y el ambiente propicio para la indagación, la experimentación y la actividad creativa”.
Vemos en esta imagen teórica una forma de aquella Zaragoza muy curiosa, no tanto por su forma o tamaño, sino por sus "huecos" interiores, posiblemente zonas destinadas a los mercados de animales o d producción agrícola. También para hacer Ferias de entretenimiento, carreras y juegos deportivos.
En la zona más baja de la imagen veríamos el cauce viejo del Ebro, lo que siempre hemos llamado las Balsas del Ebro Viejo, y que se mantuvieron con más o menos agua hasta entrado el siglo XIX, y se puede ver todavía en mapas de la Guerra de la Independencia.