El emperador romano de Occidente que se llamaba Mayoriano (Iulius Valerius Maiorianus - Julio Valerio) pasó por Zaragoza (la entonces Caesaraugusta) en el año 460, en su camino militar hacia Cartagena, con el objetivo de aumentar su ejército para una expedición naval contra los vándalos asdingos que habían entrado en España desde el Norte de África, y que luego fue cancelada por fuerza mayor.
Iba recorriendo ciudades grandes para reclutar soldados para la guerra y se desvió hacia la actual Zaragoza, lo que nos deja constancia de la importancia de nuestra ciudad, pues su recorrido era por las localidades de las orillas del Mediterráneo.
El emperador Mayoriano cuando entró en aquella Zaragoza se le recibió un "Adventus Imperial" con todas las formalidades y agasajos que nos podemos imaginar. Fiestas, reuniones y eventos de confirmación de su poder sobre aquella ciudad o lugar que visitaba, en este caso Zaragoza. Se recibía a los obispos y estos les mostraban las reliquias religiosas que poseía la ciudad. Todos se iniciaba con una gran procesión de recibimiento al Emperador en donde acudían todas las altas autoridades de la ciudad.
Iulius Valerius Maiorianu era cristiano y podemos pensar que en su visita a la ciudad fue recibido con toda suerte de agasajos y prebendas. Es de imaginar que logró su objetivo de aumentar su flota de soldados, aunque hay que recordar que murió ya detenido y desposeído de su poder, solo un año después de visitar Zaragoza.
Mayoriano, junto a su amigo Ricimero se impusieron por la fuerza militar al candidato al trono de los visigodos, Avito; siendo Mayoriano nombrado emperador el año 457. Y que murió también por otro Golpe de Estado, pues las historias se repiten.
Mayoriano fue realmente el último emperador de Occidente que intentó restaurar algo del anterior poder romano y proteger al Imperio romano de Occidente de la desaparición. Sus menos de cuatro años de emperador sí le valieron para promulgar un gran número de nuevas Leyes, modernizando el Derecho Romano.
Según el historiador Procopio, Majorian: "que superó en toda virtud a todos los que alguna vez fueron emperadores de los romanos", quería saber personalmente la preparación militar de los vándalos y cómo reaccionarían las poblaciones locales ante una nueva invasión romana.
Majorian recopiló información sobre el enemigo y reunió una flota de trescientos barcos para apoyar al ejército en la reconquista de Hispania y en la invasión de África. Pero su flota fue destruida por traidores y no pudo seguir con sus conquistas para expulsar de España y las islas entre Italia y España de los visigodos que ya las ocupaban.
En sus últimos tiempos de gobierno y tras ser depuesto de su cargo, fue detenido y torturado durante cuatro días hasta que según Juan de Antioquía, al quinto día fue decapitado cerca del río Iria en la región italiana de Pavía, mientras que la versión de Procopio afirma que falleció de disentería. Tenemos pues varias versiones diferentes de su muerte.