Se encontraba en la capilla de la Virgen de la iglesia de Saint Germain des Prés, hoy destruida la abadía, y esta vidriera se salvó para ser donada a los museos franceses en el año 1924 por George D. Pratt.
San Vicente falleció en el año 304 y era uno de los siete diáconos de la iglesia cristiana en Zaragoza que gobernaba San Valero.
En la zona alta de la vidriera vemos a un Ángel moviendo un incensario, mientras un poco más abajo vemos a un zaragozano llamando con un cuerno a la defensa de la ciudad, que estaba siendo atacada por los franceses.
En las zona medias veríamos a Childeberto y a Clotario, hermanos, que eran los atacantes franceses contra Zaragoza. Los godos habían perdido sus guerras contra los franceses en el Sur de Francia y los francos querían seguir expulsado a sus enemigos para salvaguardar sus zonas del sur de FRancia, y por ello conquistar todo el Valle del Ebro. Era el siglo VI.
El asedio de Caesaraugusta, protegida por la potente muralla tardorromana y reforzada posiblemente por una guarnición visigoda, se prolongó durante 49 días, sin que las tropas sitiadoras pudieran superar las defensas de la ciudad.
Cuantas las leyendas que la situación de la ciudad ya era desesperada, sus habitantes, imitando a los de la ciudad de Nínive se sometieron a un ayuno riguroso y comenzaron a desfilar en procesión sobre las murallas de su ciudad, los hombres cubiertos de cilicios, entonando cánticos y llevando consigo la túnica de San Vicente, y las mujeres con mantos negros, con los cabellos sueltos y cubiertos de ceniza, e implorando la ayuda divina.
Los supersticiosos francos creyeron que se trataba de un maleficio contra ellos, pero informados por un campesino prisionero sobre la verdad de los hechos y de que los habitantes de la ciudad no eran godos arrianos sino católicos, ofrecieron al obispo de la misma (Juan) levantar el asedio a cambio de una reliquia de San Vicente como prenda de paz.
El obispo de aquella Zaragoza les entregó la túnica del mártir San Vicente, que Childeberto llevó a París, donde hizo construir una basílica para su culto (la actual Saint Germain des Prés) y en la que fue enterrado tras su muerte en el año 558. Todo esto lo podemos más o menos intuir en la vidriera que dejo abajo.
En las zona medias veríamos a Childeberto y a Clotario, hermanos, que eran los atacantes franceses contra Zaragoza. Los godos habían perdido sus guerras contra los franceses en el Sur de Francia y los francos querían seguir expulsado a sus enemigos para salvaguardar sus zonas del sur de FRancia, y por ello conquistar todo el Valle del Ebro. Era el siglo VI.
El asedio de Caesaraugusta, protegida por la potente muralla tardorromana y reforzada posiblemente por una guarnición visigoda, se prolongó durante 49 días, sin que las tropas sitiadoras pudieran superar las defensas de la ciudad.
Cuantas las leyendas que la situación de la ciudad ya era desesperada, sus habitantes, imitando a los de la ciudad de Nínive se sometieron a un ayuno riguroso y comenzaron a desfilar en procesión sobre las murallas de su ciudad, los hombres cubiertos de cilicios, entonando cánticos y llevando consigo la túnica de San Vicente, y las mujeres con mantos negros, con los cabellos sueltos y cubiertos de ceniza, e implorando la ayuda divina.
Los supersticiosos francos creyeron que se trataba de un maleficio contra ellos, pero informados por un campesino prisionero sobre la verdad de los hechos y de que los habitantes de la ciudad no eran godos arrianos sino católicos, ofrecieron al obispo de la misma (Juan) levantar el asedio a cambio de una reliquia de San Vicente como prenda de paz.
El obispo de aquella Zaragoza les entregó la túnica del mártir San Vicente, que Childeberto llevó a París, donde hizo construir una basílica para su culto (la actual Saint Germain des Prés) y en la que fue enterrado tras su muerte en el año 558. Todo esto lo podemos más o menos intuir en la vidriera que dejo abajo.