8.5.24

Segunda Puerta de Santa Engracia en Zaragoza


Vemos en esta imagen a una Zaragoza engalanados con ocasión de la visita de la reina Isabel II a la ciudad en octubre de 1860. En primer plano vemos al Neptuno presidiendo la actual Plaza España, sin tridente pues estaría en reparación, y todo el trayecto del actual paseo de la Independencia.

Pero al fondo vemos la Segunda Puerta de Santa Engracia. ya habíamos hablado de la Primera Puerta y de la Tercera Puerta. Esta que es la Segunda en pocas décadas, es la posiblemente menos conocida.

Es una fotografía de Charles Clifford mostrando toda la zona que habían ideado en un primer momento los franceses y que ahora ya los zaragozanos habían decidido dignificar como el futuro crecimiento de la ciudad.

Se plantó hacer un Arco del Triunfo pero las dificultades económicas de aquellos primeros año tras la Guerra no permitían grandes gastos. El propio Rey Fernando VII destinó parte de los impuestos que se recaudaban en la ciudad con la entrada del azúcar y el cacao, para destinarlos a la construcción de esta puerta o Arco del Triunfo.

En el año 1827 se iniciaron las obras, pero aquello iba muy lento y aunque se intentó tenerla terminada para una visita del Rey no fue posible y se puso en su lugar una puerta al que llamaron "Interina" hecha con maderos y lienzos imitando la futura puerta. Un clásico trampantojo.

Se reanudaron las obras en 1830, se pararon, se continuaron en 1835, no gustaba del todo el proyecto ya construido y se modificó en 1859, y cuando vino Isabel II seguía sin terminar, aunque la veamos en la imagen de arriba a lo lejos, y se volvió a terminar con grandes telas y andamios, para simular un Arco del Triunfo definitivamente acabado.

Finalmente en el año 1865 el Ayuntamiento de Zaragoza decidió demoler la puerta inacabada y en malas condiciones, sin haber quedado terminada nunca. 

Los proyectos eran muy hermosos, el papel aguantó todos los dibujos posibles simulando la Puerta de alcalá de Madrid, pero nunca pasó de una puerta de entrada y salida sin sentido pues incluso cerraba visualmente el crecimiento de Zaragoza.