Hemos
asistidos estupefactos al final anunciado de Averly en Zaragoza ¿Por qué no hemos sido capaces de trabajar mejor este asunto desde las instituciones? Mi querencia por la
arquitectura industrial la conocéis. Mi primera entrada fue un homenaje a
Terrassa, a la Fundación Aymeric. Un lugar que visitaré hasta que muera gracias
a Irene Mimó. Me falta visitar con ella el singular teatro modernista de
Terrassa. Habrá un día.
Averly resiste cualquier
comparación. Lo decimos todavía en presente…
Pero no
solo esta localidad recupera patrimonio y no lo pierde. En ocasiones de menos
valor que nuestra pionera fundición de elementos urbanos: de farolas, tapaderas
y elementos que embellecieron tantos escenarios.
Factorías
de esa singular relevancia están catalogadas como Patrimonio de la Humanidad.
Os presento dos ejemplos a continuación.
Municipio e hilatura de seda
Tomioka. Primera en Japón en serie.
El
primero de mi querido Japón es la Hilatura de seda Tomioka de Paul Brunat,
1872. Cuando Japón se abrió a Occidente tuvo que importar técnicos al
principio (véase El Último Samurai). La acompaño del abigarrado ambiente urbano
japonés, que pronto verá Pili Mimó.
La fascinante Fagus Werk,
antecedente de todos los edificios de oficinas representativos.
Agapito no ha
inventado nada, lo ha hecho peor y…
Otro
fascinante ejemplo de patrimonio industrial protegido es Fagus Werk, de Max Gropius, padre de la Bauhaus y la protección
oficial. En realidad su parentesco lo podemos establecer con la empresa de
Ascensores Schindler. Está en Alfeld, centro de Alemania y es una fábrica
matricera, de moldes como Averly.
Seguiremos
con este homenaje comparativo a Averly, para concienciar a todos los
socialistas y firmantes de convenios urbanísticos oscuros que podamos y que
sepamos.
28/08
Luis Iribarren.