8.5.24

Historia de Prudencio, un posible zaragozano poeta del siglo IV

En Zaragoza todos sabemos donde está la calle Prudencio, pero no todos sabemos quien fue el citado Prudencio, así que voy a contar algunos datos de este insigne zaragozano. El primero es que no hay seguridad de que naciera en Caesaraugusta sobre el año 348 (pues sin querer nos lo dijo él mismo al señalar quien gobernaba en su niñez), aunque sabemos que nació a orillas del Ebro y bien también podría haber nacido en Calahorra, en Calagurris.

Aurelius Prudentius Clemens fue un gran poeta que en aquellos años primeros del cristianismo era tanto como decir que era un relator, un periodista actual, pues sus trabajos eran muy amplios y han llegado algunos hasta nuestros días.

Realmente Prudencio se consideraba tanto de Calahorra como de Zaragoza lo que ha creado serias dudas sobre su nacimiento pues a ambas localidades volvió varias veces y sobre ambas escribió y citó como "suyas". 

De hecho en el año 405 hubo una edición de todas sus obras, lo que le da la importancia que se merecía, incluso en vida.

Fue el primer relator de las persecuciones a los cristianos en Zaragoza, a los Innumerables Mártires, a Santa Engracia, etc. Escribió el Cathemerinon liber donde hace un relación de lo que se debe hacer en cada hora del día con himnos. También un libro (Hamartigenia) sobre el origen del pecado, una Apotheosis sobre la resurrección. Su largo poemario titulado "Peristéfano" sería su obra más conocida en la actualidad. Contiene 14 bloques, del que el cuarto está dedicado a Zaragoza y a sus Innumerables Mártires.

Dejó escrito los tormentos que se realizaron a San Lorenzo, a San Vicente y a Santa Engracia, y algunos de sus escritos han servido varios siglos después como inspiración a otras obras sacramentales o de alegorías teatrales sobre las luchas de las almas humanas con sus demonios y sus dudas.

Murió a principios del siglo V, entre los años 405, 410 a 413, no hay seguridad. Su vida fue realmente la de un político que se movía por la Europa romana de aquellos años, por Roma y Milán principalmente, llegando a ser Gobernador de hasta dos ciudades o provincias romanas (no conocemos sus nombres) y estar en contacto con los gobernantes de su época.

A finales del siglo IV y cansado ya de esa vida pública, se retiró a un monasterio, de vuelta a Hispania, para hacer una vida pobre incluso en la alimentación y dedicarse a la poesía religiosa, que comenzó a escribir ya muy tarde, cuando ya tenía 56 años, en el año 404 aunque algunas obras son ligeramente anteriores. Allí, en ese monasterio, murió sin saber en qué lugar estaba.

Os dejo algunos textos suyos escritos a principios del siglo V, hace más de 1.600 años:

Diez lustros he vivido ya, si no ando engañado; siete órbitas además van haciendo rodar el año, mientras yo gozo del tornadizo sol. El fin se me llega y Dios ya apliega el día vecino a la vejez. ¿Qué hice de provecho en tan luengo paso del tiempo?
Bajo el chasquido de palmetas lloró mi edad primera; luego, contagiado de faltas, la toga me enseñó a mentir, no sin culpa en mi conciencia.
Entonces el descaro lascivo y la altanera molicie (¡ay, vergüenza y pesar!) mancillaron mi mocedad con las heces y el lodo del libertinaje.
Después las disputas armaron mi espíritu turbulento y mi afán malamente empeñado en vencer quedó sometido a avatares adversos.
Al timón de las leyes goberné por dos veces las riendas de nobles ciudades: a los hombres de bien devolví sus derechos de ciudadanos, fui el terror de los delincuentes.
Por fin, ascendiéndome en rango militar, el afecto del príncipe me elevó, tomándome a su servicio y haciéndome estar muy cerca de él, en la guardia más próxima.
Y mientras la vida, en un vuelo, me anda cumpliendo estas cosas, de pronto la albura de pelo se le ha colado a este viejo, censurando mi olvido del anciano cónsul Salía, bajo cuyo mandato fue mi día primero; cuántos inviernos éste ha ido haciendo rodar y cuántas rosas devolviendo ha ido a los prados, pasados los hielos, la nieve de mi cabeza lo prueba.
¿Es que de algo me han de servir estas cosas, buenas o malas, después de extinta la carne, cuando ya la muerte ha ya borrado aquello — sea lo que sea— que yo había sido?
Decirme debo: «Quienquiera que seas, tu espíritu ha perdido el mundo al que se ha entregado; aquello por lo que se afanó no es propio de Dios, de quien serás posesión».
Y, con todo, en el instante postrero despójese el alma pecadora de su ofuscación y a Dios honre con su voz al menos, si con sus méritos no puede.
Que sus himnos marquen el engarce de los días y ninguna noche calle sin cantar al Señor; luche contra los herejes, la fe católica extienda, pisotee los cultos gentiles, lleve la ruina, Roma, a tus ídolos, consagre su canto a los mártires, a los apóstoles alabe.
Y mientras estos poemas escribo o pronuncio, ¡ay, ojalá que, libre de los lazos del cuerpo, yo me proyecte hacia donde me haya conducido el sonido último del movimiento de mi lengua!.


Nota.: Por si a alguien le interesa conocer mejor sus obras os dejo las cuatro obras que se consideran más importantes, y todas se pueden conseguir por internet.

"Cathemerinon" (Himnos Diarios): Una colección de himnos que cubren diferentes momentos del día y eventos de la vida cristiana.

"Peristephanon" (Corona de los Mártires): Una serie de himnos en honor a los mártires cristianos y sus sacrificios.

"Psychomachia" (La Batalla de las Almas): Un poema alegórico que personifica las virtudes y los vicios en una batalla espiritual.

"Apoteosis" (Apoteosis de Mártires): Una obra que celebra a los mártires cristianos y su triunfo en el cielo.