Hoy en Zaragoza no ha podido ser una mañana seca, lo que no ha quitado que haya una gran afluencia de personas a depositar su ramo de flores ante la Virgen del Pilar. La lluvia ha deslucido la mañana y las aglomeraciones de otros años han sido menores. Con todo, la fiesta sigue y las ganas de comer en familia permaneces intactas. Es sobre todo un día familiar, de fraternidad y reunión. Una tarde con sobremesa amplia.