14.10.16

Bob Dylan, poeta vagabundo


Dylan también se halla entre nosotros. Es como si a José Antonio le hubieran concedido, y méritos hizo, el Nacional de Literatura. Quizá a su hermano Miguel, por enormemente innovador… A la plástica sincopada de la literatura y poesía aragonesas.
Junto con Brassens, Dylan ha sido de influencia capital en los creadores a los que hemos dedicado entrada en Aragoneses. Con más o con menos influencia, el vate judío del oeste ha cantado al mundo wandering y tramp, vagabundo, pero no de Montparnasse sino de los espacios abiertos y ha representado, en mi opinión, la última frontera del Oeste americano. La que empezó la poesía de Robert Frost.
Dylan-Bunbury de Minneapolis
Hoy es el día de brindarle nuestro oeste particular, nuestras puestas de sol monegrinas. Donde por un momento y breves kilómetros, estamos en el Karoo sudafricano, en el Idaho o Wyoming de “Brokeback mountain”, en la Argentina de Mendoza y Bariloche, en la Australia cercana a Canberra o subiendo la carretera hacia Egmont Mountain en Nueva Zelanda.
Monegros oscenses en Alberuela de Tubo. No es Death Valley.
En nuestro país árido y amarillo salvo pequeñas franjas, que no valoramos, pues no lo llamamos Dorado como el Golden State.
Os acompaño dos fragmentos poéticos: el primero de Dylan Thomas, inspirador hasta adoptar su nombre de la obra de Robert Zimmerman, judío de origen polaco-alemán en permanente huída hacia su west end. También con un fragmento de la obra del segundo. Que nunca descansará en paz.

Fragmento de Dylan Thomas, palabras como escarpias, fraseo con bisbiseo de misa (relación con el grupo Rage against the Machine):
Do not go gentle into that good night   Old age should burn and rave at close of day;
Rage, rage against the dying of the light.
No entres dócilmente en esa noche quieta.    La vejez debería delirar y arder cuando se cierra el día; Rabia, rabia, contra la agonía de la luz.

Bob Dylan, muy poético y con influencia de todo el cancionero judío salmódico en “Una fuerte lluvia va a caer” 

                       ¿Dónde has estado hijo mío
                       de los ojos azules ? 
                       ¿Dónde has estado mi pequeño 
                       querido? 
He tropezado en el costado de doce 
                        montañas nubladas 
He caminado y gateado en seis 
                        autopistas inclinadas 
Me he parado en el medio de siete 
                        forestas tristes 
He estado afuera de frente a una docena 
                       de océanos muertos 
He estado diez mil millas en la boca 
                       de una tumba 
Y es una fuerte, fuerte, fuerte, fuerte 
Y es una fuerte lluvia la que va a caer. 
14/10 Luis Iribarren