18.7.12

Carta aclaratoria de un pequeño político cabreado


Leía el otro día una información malintencionada de que en España había más de 400.000 políticos a los que había que soportar, cifra magnífica, magnificada y falsa a todos los niveles. Yo debería estar incluido en esta suma y quiero dar claridad a los asuntos que hoy están en boca de muchos por efecto de una malintencionada tendencia a odiar la política.
Soy Vocal político en un Distrito de Zaragoza con casi 100.000 vecinos. Voy a hablar de lo que conozco. En los 15 Distritos de Zaragoza hay en total 150 Vocales. Ninguno de ellos, de ningún partido, cobra NADA por su trabajo de representación política.
Pero ahora veamos cual es el trabajo.
En mi caso hay un mínimo de 6 reuniones mensuales fijas que se suelen convertir en unas 8/10 de promedio. Además debo visitar diversas situaciones en el Distrito, mandar unos 20/30 email al mes, recibir unos 25 email al mes sobre estos asuntos y tener unas 10/15 llamadas telefónicas al mes. Como es ¿lógico? todas las llamadas telefónicas las pago yo a medias con mi señora, internet lo sufrago en las mismas condiciones así como todos los billetes del autobús que empleo cada mes para acudir a las reuniones o a las visitas o actos del Distrito (muy amplio en tamaño, por cierto).
Lo hago por que me da la gana; bueno no, por que me gusta y me gratifica. Intento hacerlo bien, no se me ocurre convertir la actividad en algo que no sea intentar resolver problemas del Distrito, si se puede primando a las personas por encima de todo lo demás. Es decir, algo igual a lo que hacen la inmensa mayoría de mis colegas Vocales de los diferentes Distritos de Zaragoza, sean del partido que sean.
Estoy seguro que hay políticos jetas, ilegales, tramposos, enfermos de poder, incapaces, apegados a su sillón. Pero por favor, ni son la mayoría aunque tengan mucho poder ni es justo que a todos los políticos municipales, de miles de pueblos de España o de barrios de grandes ciudades se nos coloque en el mismo paquete. Yo nunca quiero estar junto a esta basura política, sean del partido que sean. Me da igual la siglas, solo confío en las personas hasta que yo mismo me equivoco y tengo que rectificar. Es ley humana.